jueves, 29 de marzo de 2012

Sexo, violencia, y enanitos ocurrentes... ¿se le puede pedir algo más?


Qué cosa más curiosa es esto de tener un blog. Hace un par de días ya creí que se me habría acabado la tontería, involuntariamente. Los amables entes de Google me informaban del hackeo al que estaba siendo sometido esta humilde página, y de que no era seguro para mi ordenador (y por desafortunada extensión, para el de todos los demás), acceder a este sitio. Bueno, aparte de cagarme en todo lo cagable e intentar solucionarlo, me vi sorprendido con un aumento inesperado de las visitas, registrando las mayores cifras en toda esta andadura. Qué huevos tenéis, ¿eh, compañeros? Qué fidelidad. Qué más dará que el ordenador se os infecte; habréis leído las genialidades que salen de mi cabeza. Por cierto, el problema ya está solucionado, y la única excusa que tendréis para no leerme más a partir de ahora será lo enervante de mi modestia (sí, a veces yo también me doy asco a mí mismo).
   En fin, después de esta innecesaria y pedante introducción, volveré a pecar de oportunista en el artículo de turno. ¿Sabéis que no queda nada para que estrenen la segunda temporada de Juego de Tronos? Oh, sí, la HBO, una de las pocas cosas buenas que tiene la televisión (por no decir la única; Los Simpson llevan demasiado tiempo emitiendo episodios infumables sin vergüenza alguna), volverá presumiblemente a maravillarnos con una nueva entrega de una de las mejores series de los últimos años. A la altura de Boardwalk Empire, Los Soprano, Deadwood, The Wire y tantas otras que, mira tú por dónde, también son de la HBO. 
   Puestos a emitir una oportuna crítica de la primera temporada, me saldría un artículo muy soso, porque esta serie es de 10, en serio. Pocas veces he visto tanta calidad junta desplegada en la caja tonta (bueno, en mi caso en el ordenador y Megaupload mediante) como en esta primera temporada de 10 capítulos, todos, sin excepción, pequeñas obras maestras. 
   Esto lo han logrado sus responsables gracias, entre otras cosas, a un reparto perfecto, en el que todos sus intérpretes se creen sus personajes y se lo toman muy en serio, y en esto destacaría, cómo no, al pequeño Peter Dinklage como Tyrion Lannister, un gran actor haciendo de un gran personaje (y no es que esté haciendo un chiste fácil, Dinklage está enorme de verdad... jijijijiji). También se sale la joven actriz que hace de Arya Stark, el ilustre Sean Bean siempre nos hace creer que es un tío de otra época, Aidan Gillen (Meñique) demuestra lo gran actor que es tras haber defendido en The Wire un papel radicalmente distinto, el tipo ese guapete que hace de Jaime Lannister (de los personajes más complejos y mejores) es un fiera, y Daenerys Targaryen está como un tren. En un sitio algo menos lucido tenemos a los intérpretes de Jon Nieve y Catelyn Stark, aunque probablemente no sea culpa suya, sino de los personajes, que son tremendamente sosos y anodinos. Culpa del libro, más que nada.
   Porque, ya va siendo hora de que alguien lo diga, los libros de George R. R. Martin no son ninguna maravilla literaria. En absoluto. De hecho, son bastante mediocres, y sólo destacan por lo bien caracterizados que están sus personajes, y por haber sido adaptados con tanto éxito artístico a la televisión. Si en el futuro la gente recordará al Martin ese, será por haber sido causante indirecto de una serie tan buena, que debiera ser recordada un día en el futuro como hoy lo es The Wire
   Hay que quitarse el sombrero ante los guionistas de Juego de Tronos, señores. No sólo es que hayan sido extremadamente fieles a los libros, sino que han sabido enriquecer los pasajes más aburridos de éstos (que los hay, vaya si los hay), y otorgar a casi cualquier personaje una entidad y un carisma atronadores. Tyrion, por ejemplo, es el payasete de la función en el libro, mientras que en la serie compone un personaje oscuro y amargado, con el sarcasmo como única vía de escape. Por si fuera poco, en la serie está todo bastante mejor explicado; cuando en el libro no hay más que una retahíla interminable de nombrecitos raros que no asociamos más que a las ganas del señor Martin por sacarnos de quicio, en la serie los van introduciendo poco a poco o, directamente, los omiten con tino. A Dios pongo por testigo que sólo supe quién carajo era Theon Greyjoy cuando le vi en la serie.
   Siempre en honor a la verdad, el show tiene también sus patinazos, pero son pocos, y a uno que ya esté  acostumbrado a tanta mierda televisiva, es que no le saben a nada. Me viene a la cabeza cómo se ahorraron meter una batalla muy importante en el libro teniendo Tyrion, oportunamente, una caída tonta, y perdiendo el conocimiento (sí, lo siento pero canta horrores la falta de cuartos, ni libertad de adaptación ni leches); o cómo los de la HBO, en su común afán para meter escenas de sexo que parezcan que aportan a la trama pero no, se inventaron el personaje de la putilla pelirroja que va de país en país y de polla en polla. No debería quejarme de la  cantidad ingente de tetas y culos que a lo largo de estos diez capítulos llegan a aparecer, pero...
   Bah, qué diantre. Juego de Tronos es la leche. Tiene un montón de violencia y de sexo, los guiones están curradísimos, y es adictiva que no veas. Y espero que la nueva temporada sea al menos tan buena como la primera pues, aunque el libro a adaptar, Choque de Reyes, es un truño insufrible (yo me lo leí solo por la curiosidad, y casi me quedo en el intento), los amiguetes de la HBO han demostrado ser garantía de un trabajo bien hecho. Bien por ellos. 
   Ah, y otra cosa que tengo que decir. Me cabrea un montón la gente que califica la Canción de Hielo y Fuego de Martin como la mejor saga fantástica escrita desde El Señor de los Anillos. No seré yo quien ose decir que los libros de Tolkien son aburridos (aunque lo sean, y con avaricia), pero la mejor saga fantástica de la historia de la literatura es Añoranzas y pesares, de Tad Williams, una jodida obra maestra. Así de claro. Seguramente de estos libros no se acuerde ni el editor, pero en algún momento me tenía que salir el friki furibundo que llevo dentro. 
   PS: Gracias por las visitas, en serio.

1 comentario:

  1. A veces pienso, ¿qué opinará Pérez-Reverte de esta serie, si es que la ve en uno de sus momentos 'hoynoestoyparadevorarmeperosíparacomerme'? Y luego e digo: 'Yo, Claudio' + Sexo explícito + Violencia + Cambiar Roma Imperial por Fantasía = Juego de Tronos. Y 'Juego de Tronos' + Tony Stark = OrgasmoYCorridaEn3,2,1,...

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