martes, 8 de mayo de 2012

De reggaetoneros, indies y otras bestias

Lo que son las cosas. Hube de necesitar el impulso de un profesor argentino yonki y amante del jazz y de demás parafernalia súper vanguardista de cagarse, para que me diera por estudiar el consumo musical que hay en España actualmente. La desazón fue mayúscula, no sólo por saber desde un principio cómo en el mejor de los casos mi trabajo no serviría más que para constituir la tesis de este señor para la Universidad de Oklahoma, sino por las conclusiones extraídas. Y antes de que alguien lo pregunte (pero nadie lo hará, porque nadie comenta una mierda y os odio mazo), no, no tengo otra cosa mejor de la que hablar. El último capítulo de Juego de Tronos fue la caña; estoy leyendo una novela estupenda de Gonzalo Torrente Ballester; y a medida que pasan los días fortalezco mi convicción de que Los Vengadores es una de las mejores películas de arte y ensayo que nos ha regalado jamás el celuloide; pero es difícil hablar de temas tan halagüeños conservando mi encantadora actitud de desencanto extremo. Así pues, disfrutad de mí como yo disfruto de mí mismo, si alcanzáis a poder. 
   Acabé hasta las pelotas de poner el nombre de "Cali y el Dandee" en el trabajo de marras. El Yo te esperaré, una delicia reggaetonera con un piano grandilocuente de fondo, unos épicos coros sobre el final,  e incluso una parte con cuerdas sintetizadas (que casi parece Arcade Fire, queridos), estaba al comienzo de la mayoría de las listas, aun cuando yo mismo ya la había estado escuchando y sufriendo desde principios del verano pasado. Pero qué nos está pasando, señores. Con una canción así ni siquiera puedes perrear, ni siquiera te lo pide el cuerpo. Por lo menos a mí, pero es que yo soy un intolerante de cojones, y me da mucha rabia que en EEUU la canción más escuchada sea Lonely boy, de los Black Keys (a la cual pertenece, por cierto, el mejor videoclip de la historia musical), y que aquí tengamos petadas las listas con Juan Magán, LMFAO Y EL INCREÍBLE ROBOT CON MUCHO MÁS CARISMA QUE ESOS DOS CAPULLOS JUNTOS, y con Pitbull Feat. SuPutaMadre. 
   Excusaría el tono diciendo que todo esto permanece en el ámbito exclusivo de la opinión, pero ya que estoy desatado voy a seguir con lo mío. Yo entiendo hasta cierto punto cómo se ha de producir música bailable para que, en las noches de discoteca, ésta te golpee en la nuca y se haga con tu capacidad motora, pero lo que no asimilo es que la gente escuche cosas así en su propia casa, se aprenda las letras (en caso de que éstas existan, y no, Pitbull no cuenta) y las escuche en su reproductor mientras va por la calle. Vamos, que no tiene mucho sentido, pero ahí tenemos a David Guetta, el hombre que mató el rock según la revista Rolling Stone (que últimamente está que no levanta cabeza la pobre), vendiendo discos, y encima dobles, como churros. 
   Pero igual no todo está tan mal. Y en este punto, siguiendo en la estela de lo que a mí me gusta es lo mejor/lo demás es caca, en muchas listas aparece, o aparecerá, Gotye, un chaval que canta igualito que Sting y que está teniendo tal éxito que acabará por resultar cargante, con Somebody that I used to know. Motivo de celebración no sólo porque es bastante audible, sino por su propuesta musical en sí, un pop minimalista, de sonido peculiar, y de una melodía muy efectiva. Es bueno ver que un género tan clásico como el pop, por tanto, sigue vendiendo, aunque cada vez coquetee más con la electrónica y los músicos pasen cada vez más tiempo jugando al buscaminas. 
   Ah, y también tenemos a Adele. Para que quede constancia de que no soy un modernillo de pacotilla, y de que no me gustan ni Joe Crepúsculo ni la música funeraria de Los Punsetes (aunque la "vocalista" de estos últimos es adorable), voy a seguir la corriente más mainstream en este punto, y a proclamar que esta señora debería ser Patrimonio de la Humanidad. Porque Someone like you (que, por cierto, a efectos matemáticos acabó siendo la canción más escuchada en España en la conclusión de mi trabajo) es una obra maestra, y porque a esta chiquilla me la tiraría antes que a Lady Gaga, sin dudarlo. 

Estos tipos son nuestra última esperanza

   En conclusión, parece que aquí en España de vez en cuando escuchamos buena música, y sólo faltaría, ya, que esa buena música fuera de origen español. Pero claro, llegado este momento, Vetusta Morla, Love of Lesbian, Russian Red y tantos otros dejarían de molar (si no lo han hecho ya, que están últimamente de un comercial que asustan, y encima Lourdes Hernández es de derechas), y se ganarían el desprecio de la comunidad indie que, lo juro, a veces es casi igual de deprimente que el resto de la sociedad. Porque hay mucha tontería, mucho individuo que escucha Manos de Topo, y porque la gente está muy loca, Johnny.
   Con esto creo que acabaría. Pero si alguien pensara que este artículo es muestra de un egocentrismo galopante, o que mi narcisismo es inabarcable, o que soy un gilipollas, que recuerde que, hoy en día, casi todos tenemos un perfil en Twitter. 


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