lunes, 21 de abril de 2014

Una gran infancia conlleva una gran responsabilidad

Es ocasionalmente odioso cómo la dualidad a la que mi juicio artístico ha estado sometido desde siempre, y que no es otra que la difícil convivencia de un criterio más o menos serio y lógico junto a una inabarcable frikeidad, es odioso, digo, cómo sigue determinando mis inversiones y elecciones cinematográficas. Una dualidad que en última instancia siempre se acaba decantando por la frikeidad de marras, a la que tengo más cariño y afición por ser la originada en lecturas infantiles y adolescentes que hicieron una vez de mí un chaval feliz, sin barba, pero feliz. Y, a causa de este fallo en la balanza, vi The Amazing Spiderman, así como vi El Hobbit. La desolación de Smaug, así como he visto The Amazing Spiderman 2 y veré El Hobbit. Partida y relleno, y poco después, Star Wars. Episodio VII. Todo para, llegado el momento, divertirme de lo lindo poniéndolas a parir a todas ellas, así como despreciándolas desde su propio origen. En resumen, la pregunta no sería "¿Qué necesidad había de un reinicio de la saga del trepamuros?", sino, "¿Qué necesidad tenía yo de verlo?".


   Así las cosas, hace dos años fui al cine con la intención de fusilar sin contemplaciones la película de Marc Webb, cosa que acabé haciendo en mayor o menor medida, con más o menos razón. Una película que, pese a no ser ni mucho menos la peor peli de Spiderman de la Historia (para eso ya tenemos Spiderman 3 de Sam Raimi, y espero por mi salud cardiovascular que siempre la tengamos), no prometía demasiado de cara a una secuela. Y, teniendo en cuenta que la justificación de muchos de sus fallos cabía hallarlas en el plan de dicha secuela, ya tenía delito la cosa, ya.
   Pero he acabado viendo en un cine The Amazing Spiderman 2. El poder de Electro, después de sopesar juiciosamente la alternativa de meterme a ver El tour de los Muppets y contentarme con disfrutar de la spiderpeli por Internet (no descargada, malpensados, sino en base a los sucesivos trailes de 20 minutos que por ahí campan). Y la cosa no ha estado mal. Nada mal. De hecho, lo mejor que se puede decir de esta secuela es que compensa plenamente los fallos que atesoraba su antecesora, y, más aún: The Amazing Spiderman 2 es el Spiderman 3 de la trilogía original que estábamos esperando, y el que los fans de las dos primeras partes de ésta nos merecíamos.
   Por muchas malas expectativas que el estreno del film hubiera podido ir transmitiendo a lo largo de los meses (como la sonora eliminación del personaje de Mary Jane del metraje, la acumulación de súpermalosos o los ya mencionados y saturadores trailers, que parecían gameplays del nuevo juego de Activision), hay que reconocer que Marc Webb nos ha acabado plantando una aproximación muy digna a la legendaria figura del que, por si hay alguien que no lo sepa, es el mejor y más completo superhéroe de todos los tiempos (y no sólo habla por mí ese chavalín sin barba que mencionaba al comienzo del artículo). Una película que sabe exactamente adónde quiere llegar y que es consciente de sí misma, de cuáles son sus mejores bazas y de cómo éstas se pueden corresponder con lo que desea el público.

Emma Stone es adorable hasta cuando parece a punto de comerse una buena polla. A las pruebas me remito

   La mejor de estas bazas es, como no podía ser de otro modo, la química entre los dos actores protagonistas. Era el gran acierto del primer Amazing Spiderman, y aquí ha sido potenciado hasta los últimos extremos, con unos Andrew Garfield y Emma Stone pletóricos y comodísimos con sus personajes, hasta el punto de que esta segunda parte podría ser considerada oficialmente como una encantadora comedia romántica con alguna que otra hostia y muchos tíos feos gritando. Y yo que me alegro, ¿eh? Ya era hora de que una superproducción superheroica tuviera una trama romántica que no fuera vomitiva, y de que nadie deseara que se pasara rápido la típica escena entre dos pipiolos diciéndose cuánto se quieren o cuán difícil es que acaben juntos (a ese respecto, había conversaciones entre Tobey Maguire y Kirsten Dunst que duraban 244 minutos, y esto está comprobado empíricamente, lo cronometré). Así que muy bien por el dire de 500 days of Summer, por Andrew Garfield y su pelo jodidamente precioso, y por la gran Emma Stone y su gran aura de follabilidad cortés. Y que viva el amor.
   Otra baza muy a destacar es el humor que, tratado con desigual efectividad en la película anterior, aquí adquiere una regularidad y una ligereza extremadamente bienvenidas, al descubrir que Spidey se ha convertido definitivamente en ese capullín que se empeña en vacilar y soltar chistes malos aun cuando las circunstancias no parezcan las más propicias, y al impregnar muchas de las conversaciones y desencuentros de Peter Parker y Gwen Stacy. Encontramos aquí tan desatado el humor que acaba hundiendo en la miseria al anecdótico personaje de Rhino (como no podría ser de otra manera), e incluso al, aparentemente, principal villano de la función: Electro. Por ir ya sacando a relucir las cosas regulares, es muy difícil tomarse en serio al personaje interpretado por Jamie Foxx, al partir de una génesis demasiado rocambolesca, unas motivaciones demasiado confusas, y un traje final demasiado ridículo que, para más inri, ni se llega a explicar de dónde se saca (igual se los robó a los colegas de la Patrulla X, pero vete tú a saber). La interpretación del prota de Ego desencadenado no ayuda tampoco a que lo respetemos mínimamente, al suponer una especie de mezcla entre el Enigma de Batman Forever y el Rain-Man de... de Rain-Man.

"¡Soy un rruso muy malo y encabrronado! ¡Me gusta matarr! ¡Me gusta Kalashnikov!" El actor Paul Giamatti, nominado al Oscar  y dos veces ganador del Globo de Oro

   Mejor suerte corre el tal Dane Dehaan haciendo de Harry Osborn, alias el Duende Verde (supuestamente), y eso que a priori lo tenía muchísimo más difícil. Dicho actor ha de sostener una subtrama muy compleja que, sin haber sido insinuada siquiera en el film precedente, ha de resultar creíble, y, gracias tanto a la torva mirada de dicho actor, como a un guión mejor pensado de lo que parecía en un primer momento, el resultado no desentona, e incluso llega a ser memorable en los compases finales de la película. En efecto, The Amazing Spiderman 2 encuentra aquel equilibrio entre tanto villano y subtrama sobre el que Spiderman 3 defecó sin piedad, logrando encontrar tiempo incluso para despejar las incógnitas sobre los padres de Peter Parker (asunto que en la primera me la traía extremadamente floja y que aquí otro tanto, pero que se salva gracias a un prólogo emotivo en su justa medida, una dosificación correcta de la información y el dramatismo, y un desenlace no por predecible menos eficaz).

"¿A ti también te parece que James Franco es un petardo?"

   Así las cosas, y destacando por último, para bien, las intervenciones de Sally Field como la tía May y, para mal, el nulo caso que le hacen a la memoria del difunto tío Ben, The Amazing Spiderman 2 es una muy buena película de superhéroes, muy bien pensada y resuelta y que, arriesgando mucho menos a nivel dramático que el Spiderman 2 de Sam Raimi (la cual sigue constituyendo la mejor entrega de la franquicia), consigue aproximarse mucho a sus memorables resultados. Es divertida, es espectacular, y tiene momentos muy apañados y conseguidos. Llega a estar a esto de ser realmente, y por fin, amazing que te cagas, energy.
   Sólo me queda una sugerencia, de cara a The Amazing Spiderman 3, que más bien sería una exigencia del renuente chaval barbilampiño. Productores, director, guionistas, quién sea, para la próxima no metáis tanto villano ni tanta subtrama y dejad tiempo para que salga en condiciones EL PUTO J. J. JAMESON. Que, por muy buena que esté Emma Stone, no habéis conseguido que me olvide de él. Cabrones.

3 comentarios:

  1. Hola, he encontrado este blog por casualidad y desde ya soy superfan tuyo. Nah, es coña, quedé contigo después de tu idílica y bucólica pre-Semana Santa, así que me conoces de sobra.Pero igualmente soy superfan tuyo, de tu barba y de tu blog aunque hay una cosa con la que no estoy de acuerdo de esta crítica.
    Hablas de Andrew Garfield y no destacas lo bien que le quedaban los trajes en La Red Social, algo que me parece deleznable. Por suerte reivindicas con mayúsculas al mejor personaje de la historia del cine, J.J.Jameson, así que recuperas mi simpatía.

    Y creo que eso es todo. No he visto la peli, así que tampoco puedo comentar mucho. Y sí, he leído tu crítica sin ver la peli. ¿Qué me ibas a destripar, que Spiderman gana? Qué locura, verdad? Aunque reconozco que me duele saber que J.J.Jameson no sale, pero supongo que se lo guardan como seguro de vida para la tercera parte. Falta les hará viendo como fue la anterior tercera parte de Spiderman (vaya mierda de frase acabo de construir, joder.).

    Ya me despido, espero que este comentario te haya hecho ilusión y, sobre todo, que esa ilusión se refleje en tu barba (en serio, qué me pasa hoy?).

    Un saludo, majo.

    PD: Por Dios, asegúrate de que se ven las fotos antes de publicar!!!!!

    PD2: En la foto en la que Emma Stone sale con cara de viciosilla, el que sale detrás de Andrew Garfield es Joe Jonas?? De ser así me alegraría mucho porque le daba por muerto. Muerto físicamente, musicalmente ya lleva bastante tiempo ;)

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  2. Quería decir idílica y bucólica SIESTA pre-Semana Santa. Toma, ya te he regalado un comentario de más. En fin, lo que hace uno por no estudiar empresa.

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  3. Joder, SÍ QUE ES JOE JONAS! AMAZING!

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