miércoles, 10 de julio de 2013

La nueva entrega de la saga de moda :) :)


Si bien la espléndida circunstancia de que fueran a sacar más entregas de Star Wars tuvo cierto eco en este blog, en cuanto a reiterados insultos a George Lucas y devaneos varios en torno a lo que significaba dicha saga para mí, no fue así respecto a la elección del hombre que habría de tomar las riendas de la space opera (y qué mariconada será eso de la space opera, siempre me lo he preguntado). Y debería haberlo hecho, porque para una buena noticia que recibíamos del tema... 
   El caso. J. J. Abrams es un tío guay. Listo. Preparado. Hizo Misión Imposible 3 y le salió guay, hizo Súper 8 y no le salió tan guay (únicamente a causa de una última media hora bochornosa), e hizo Star Trek y le salió MUY guay. Osea. No es que la peli del 2009 sea un antes y después en la historia del cine, o que haya arrebatado a George Lucas el control del monopolio friki (para esto último, me temo, Abrams no tenía suficiente pasta), sino que, yo qué sé. La película está guay. Predecible a más no poder, olvidable sin remisión, entretenimiento absoluto. Pero, aparte, es un trabajo muy meritorio, no sé en qué medida por parte de Abrams o de los guionistas, porque la franquicia Star Trek, hasta hace bien poco, a la mayoría nos la traía bastante floja. Y la película protagonizada por Chris Pine (que se cree Harrison Ford, pero no) y Zachary Quinto, consiguió cambiar esto. 
   La undécima película de la saga trekkie fue un éxito rotundo, y obviamente generaría secuelas, y más dinero. Es de alegrarse que esta segunda parte, subtitulada En la oscuridad, haya tardado unos cuatro años en gestarse, en pos de no saturar a la peña (a la cual se la sigue trayendo bastante floja Star Trek, pero se lo pasa estupendamente con las pelis y series de Abrams), y de, aventuro, plantear un guión con suficiente entidad. Si había algo que achacarle a la anterior era su extrema simpleza, y lo chusco de muchas de sus soluciones argumentales (me sigue pareciendo delicioso que un personaje sea desterrado a un planeta desértico y tarde dos minutos contados en encontrarse con otro personaje vital para el desarrollo de la trama, y que ambos más tarde se encuentren en ese mismo planeta con otro amiguete más), y es probable que J. J. Abrams haya querido ponerse las pilas esta vez, y buscar un guión, digamos, hasta complejo.

El cameo más pesado de la historia

   Y digamos desde ya que este guión, tan trabajado, tan apañado y tan todo, es lo peor de la última película de Star Trek. No porque sea malo, porque para blockbuster de guión nefasto ya tenemos a, sí, El Truño de Acero, sino porque es demasiado complicado, y sin necesidad. La historia, que a la larga no viene a ser más que la de siempre (buenos, malos, alivios cómicos, relaciones amorosas que no aportan absolutamente nada), tiene tantos datos, tantos giros y tantos recovecos que llegado un momento el espectador, que no se esperaba en absoluto que fuera necesario pensar para disfrutar de una peli así, se pierde. Insisto en que J. J. Abrams, aún así, es un tío muy listo, y se esfuerza en imprimirle a la historia un ritmo endiablado (esto es, con una escena de acción cada cuarto de hora, aproximadamente), que no deje pasar al aburrimiento. Claro, es algo parecido a lo que pasaba con Matrix Reloaded (palos-blablabla-palos-blablabla-palos-el arquitecto ése de los cojones al que no se le entiende ni papa-palos) pero en este caso mucho mejor resuelto, ya que al menos se focaliza con tino las partes del argumento que más interesan al público: las que tienen como protagonistas, exclusivamente, al Sr. Spock y al capitán Kirk, cuya historia de amistad, amor o lo que sea deviene en el auténtico alma de la película. Sí, también está Simon Pegg haciendo el indio, y Karl Urban deprimiendo al personal, y una tía buenorra que se despelota sin razón alguna, pero viene dando un poco igual. Ya de paso, no merece ni el esfuerzo hablar del noviazgo imposible entre Spock y Uhura, que si bien mejora bastante con respecto a la anterior película (de la que suponía la subtrama más floja con diferencia), sigue sin colar, lo siento.
   Toca hablar del villano de la función, presumiblemente, según nos han dicho, lo mejor de ésta. Un tal John Harrison, que no es un malo al uso, tiene su trasfondo, su tragedia personal, sus secretos, y encima está interpretado por el actor de moda, Benedict Cumberbatch. Pues vale. La verdad es que para mí ha acabado siendo una decepción, por muy bien definido que esté (lo cual, después del Nero de Eric Bana, que qué habrá sido de Eric Bana, tampoco era muy difícil de lograr). El personaje, cuya identidad secreta será recibida por el grueso de la población con un encogimiento de hombros, está bien, sin más, y de hecho el tan laureado Cumberbatch sobreactúa bastante.

"Entonces yo soy como el Joker trekkie, ¿no? Algo así"

   ¿Estos fallos implican que la nueva de Star Trek sea una mala película? Ni por asomo. Tan minucioso y tocapelotas análisis del guión y de los personajes no son más que tecnicismos: me lo he pasado como un enano en el cine. Por muy embrollado que sea el argumento, por muy reguleras que sea el malo de turno (que si tan reguleras parece, simplemente, se debe a expectativas frustradas). En la Oscuridad transmite un espíritu aventurero sencillamente irresistible, y una diversión en cantidades ingentes, aún mayor que la también muy disfrutable primera Star Trek (quiero decir, la primera desde que nos importa Star Trek). Desde el prólogo, que a mí me recordó enormemente a Indiana Jones, hasta el genial clímax en el San Francisco futurista, En la Oscuridad ofrece entretenimiento a raudales e, incluso, bastante emoción. Los personajes nos importan, nos interesan, y por momentos la película logra ser bastante emotiva (gracias, repito, a Kirk y al Sr. Spock). Los efectos digitales y demás parafernalia están chulis, también, y la dirección es correctísima, aunque de vez en cuando a Abrams le dé por hacer un zoom brusco y me tenga que acordar, para mi desgracia, de El Truño de Acero
   Tonterías aparte, una buena película, y un ejemplar blockbuster de ésos. Recomendada a todo el mundo, tanto a trekkies como a warsies como a gente del montón. También para aquéllos que vieron el vídeo en el que el Capitán Kirk de los años 60 salía peleando con un lagarto humanoide. Jo, ¿os acordáis de ese vídeo? Qué cosa más penosa, por Dios. Jiji.

Épico, sencillamente épico

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